El impuesto a la renta se configura como un tributo directo, de
carácter natural y subjetivo, que grava la renta de las personas. En otras
palabras, se trata de un impuesto que grava la renta o ganancia que se ha
producido a partir de una inversión o de la rentabilidad de cierto capital. Se
puede tratar también del producto de un trabajo dependiente o independiente. En
términos más sencillos, el impuesto a la renta es un tributo que, como ya se ha
dicho, grava las rentas o aquellos ingresos que se configuran como utilidades o
beneficios. Éstos ingresos provienen de una cosa o actividad, constituyéndose la
renta, a partir de todos los beneficios, utilidades e incrementos de patrimonio
que se perciban o devenguen, cualquiera sea su naturaleza, origen o
denominación.
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